Japón se ha puesto de moda con todos los métodos para adelgazar que tanto se están utilizando en el resto del mundo. La cultura nipona esconde muchos secretos que nos pueden ayudar a perder peso de manera saludable y a no recuperarlos después (también importante).
¿Te has preguntado alguna vez cómo las mujeres japonesas pueden comer una gran variedad de alimentos, prescindir del ejercicio intenso y seguir viéndose delgadas? Vamos a compartir contigo tres conceptos aprendidos en Japón y que ayudaron a perder 18 kilos sin dejar de disfrutar de la comida a una mujer.
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¿Cómo es que las mujeres japonesas son tan delgadas? Por una mujer estadounidense en Japón
No podía entender por qué las mujeres japonesas eran tan delgadas a pesar de comer todas las cosas que me decían que debía evitar cuando quería perder peso. Fideos, arroz, pastel de la tarde con un amigo: los japoneses parecían saber cómo tener un poco de todo sin las consecuencias.
Tampoco vi a ninguna mujer japonesa caminando en spandex con una botella de agua de dos litros bajo el brazo. Parecía que mantenían sus cuerpos delgados caminando por la ciudad y haciendo yoga, en lugar de ir al gimnasio y hacer un entrenamiento de alta intensidad como lo que estaba acostumbrada a ver hacer a las mujeres en los Estados Unidos.
Esto me hizo preguntarme: ¿había alguna información secreta sobre la alimentación saludable y el ejercicio que las mujeres japonesas conocían, pero que yo me estaba perdiendo? ¿Lo que había aprendido en EE.UU. sobre la pérdida de peso era erróneo?
No sabía cómo eran capaces de hacerlo, pero sabía que yo quería lo mismo que ellas: poder comer una variedad de alimentos, hacer menos ejercicio y no preocuparme por mi peso. Y después de una cuidadosa observación y práctica, descubrí tres cosas que resultaron ser exactamente lo que necesitaba -y lo que me llevó a perder peso mientras tenía una dieta equilibrada y seguía comiendo chocolate o dulces.
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Los tres trucos japoneses para perder peso
1. Aclimata tu cuerpo a tu clima
Uno de los conceptos para mantenerse saludable que me llamó la atención cuando llegué a Japón fue la noción de mantener el cuerpo caliente. No entendía por qué este era uno de los primeros consejos que había escuchado cuando parecía que aprender sobre las proporciones de proteínas y carbohidratos era más viable.
En los Estados Unidos, la gente pasa mucho tiempo centrándose en la densidad nutricional, pero no presta mucha atención a cómo se prepara la comida o cómo afecta a nuestra circulación. En los países occidentales hay mucha gente que intenta estar sana comiendo alimentos crudos, ensaladas y zumos por su contenido nutricional, pero en comparación, en Japón no se comen habitualmente.
En su lugar, los japoneses cocinan la mayoría de sus alimentos y los preparan con condimentos como el jengibre o el miso, que ayudan al cuerpo en la digestión y la circulación. También se aferran a comer verduras de temporada, por el beneficio no sólo del sabor máximo sino también para mantener nuestro cuerpo aclimatado a nuestro clima.
No podía entender por qué las mujeres japonesas eran tan delgadas a pesar de comer todo lo que me decían que debía evitar cuando quería perder peso
Aunque los alimentos crudos pueden ser más densos desde el punto de vista nutricional, también pueden ser mucho más difíciles de digerir para nuestro cuerpo, y se considera que son más fríos para el cuerpo según los estándares holísticos. Y lo más importante no es la cantidad de nutrientes que se consumen, sino la cantidad de nutrientes que se absorben.
Por lo tanto, asegurarse de que los alimentos son fáciles de digerir para el cuerpo y de que la circulación y el calor son fuertes es importante para el equilibrio del cuerpo. Cuando se toman alimentos crudos, lo ideal es tomarlos en los calurosos meses de verano, cuando nuestro cuerpo necesita refrescarse con el calor.
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2. El cuidado del cuerpo es igual de importante para el equilibrio corporal
Tomar un baño regularmente en lugar de una ducha es algo común en la cultura japonesa. Pero lo que quizá no sepas es que tomar un baño puede ayudarte con tu peso.
En Japón, es habitual que las mujeres se den un «medio baño», que consiste en llenar la bañera hasta la altura del pecho y sumergirse durante unos 20 minutos en un agua de entre 38 y 42 grados.
Resulta que tomar un baño puede ayudar al cuerpo a quemar tantas calorías como dar un paseo de media hora. Puede reducir los niveles de azúcar en la sangre, disminuir la inflamación y ayudarle a tener un sueño de mejor calidad, todo lo cual es una gran ayuda para la pérdida de peso y el equilibrio corporal.
Asegurarse de que la comida es fácil de digerir para el cuerpo y de que la circulación y el calor son fuertes es importante para el equilibrio corporal
Según los estudios de investigación sobre la toma de baños para el calentamiento pasivo, puedes conseguir estos resultados aumentando la temperatura de tu cuerpo en un grado centígrado. Así que, aunque los japoneses recomiendan entre 38 y 42 grados como el rango de baño perfecto, tú vas a cosechar los beneficios siempre que pongas tu baño a 37 grados como mínimo.
3. El ejercicio duro no necesariamente va a ayudarte a adelgazar, el ejercicio ligero sí
A los pocos meses de mudarme a Tokio, mi peso empezó a bajar de forma natural, y estaba muy confundida porque no había hecho tanto ejercicio como cuando estaba en Estados Unidos.
En lugar de ir al gimnasio casi todos los días durante 1 o 2 horas haciendo entrenamientos intensos que inducían al sudor y levantando pesas, sólo caminaba constantemente para hacer recados
No podía entender cómo hacer menos estaba produciendo más del tipo de resultados que estaba buscando hasta que aprendí que el estrés físico en su cuerpo puede afectar el tipo de energía que su cuerpo elige utilizar.
Cuando pones tu cuerpo en un estado de estrés haciendo entrenamientos realmente intensos, tu cuerpo utilizará la energía de tu última comida. No sólo eso, sino que una vez que has terminado tu entrenamiento intenso, tu cuerpo quiere reponer energía rápidamente, por lo que es probable que sientas hambre después de un entrenamiento duro y también anheles más azúcar que después de un entrenamiento calmado.
Nunca me imaginé que el simple hecho de caminar, estirar y hacer yoga pudiera hacer que mi cuerpo estuviera más delgado. Creo que es común creer que si quieres perder peso, tienes que esforzarte más en tus entrenamientos para obtener más recompensa. Pero en cambio, hacer ejercicios calmantes que reduzcan el estrés puede influir en tu cuerpo para que utilice la grasa que hay en tu cuerpo como combustible en lugar de tu última comida. Eso significa más resultados con menos esfuerzo.
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¿Quieres perder peso? ¡Pruébalo!
Aunque todos tenemos acceso a mucha información sobre la salud, la forma en que interpretamos y actuamos sobre esa información es lo que marca la diferencia en los resultados. Y los japoneses lo tienen claro: si quieres adoptar su capacidad para disfrutar de la comida y seguir estando delgado, empieza por incorporar verduras de temporada a tu dieta, date un baño caliente con regularidad y elige ejercicios que te hagan estresarte menos. Te sorprenderán los resultados.
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— Grupo Formación EGS (@GrupoFormacion) August 25, 2016
Historia de una mujer que viajó a Japón y adelgazó 18 kilos
Japón no es un buen lugar para visitar si estás acomplejado por tu cuerpo o si estás en un viaje para perder peso. Recuerdo los primeros días que pasé instalándome en mi apartamento de Tokio. Las puertas eran cortas, los pasillos estrechos y yo era una cabeza más alta que la multitud de mujeres japonesas que caminaban delante de mí de camino a la estación de tren.
Ya estaba acomplejada por mi tamaño y había hecho innumerables dietas en Estados Unidos antes de llegar a Japón. Lo había intentado todo, desde contar las calorías hasta comer muchas ensaladas, pasando por Weight Watchers y hacer ejercicio durante 1 ó 2 horas al día, pero no conseguía que mi peso cediera.
¿Había alguna información secreta sobre la alimentación saludable y el ejercicio que las mujeres japonesas conocían, pero que yo me estaba perdiendo?
También me sentí terriblemente excluida en Tokio cuando me aventuré a entrar en las tiendas para descubrir que cada una de ellas sólo tenía ropa de una «talla libre» (talla única). Parecía que los únicos artículos de moda que podía elegir eran las joyas y los zapatos, y empecé a emigrar a tiendas internacionales como Zara y H&M para encontrar piezas que pudiera ponerme.
